Después de casi un año sentados en sillas plegables para comer, cenar, ver la tele, etc… hemos decidido comprar un sofá bueno, bonito y barato para poder estar un poquito más cómodos.
Para eso nos acercamos al IKEA de Badalona, con nuestro gran y nuevo coche megane de hace unos 10 años, y claro, en sábado por la tarde que parece que sin multitud se compra peor.
Después de seguir el agobiante, lento y caluroso circuito, nos encontramos con la gran exposición de sofas, y allí estaba el modelo KLIPPAN en oferta con una funda por el módico precio de 150€ aprox.
PERFECTO!! era lo que buscábamos.
Ahora solo nos quedaba llegar al final del circuito, entrar en aquella especie de almacén y coger nuestro bonito sofá. Gracias a que Ikea piensa en todo, en la mitad del recorrido encuentras ese maravilloso bar/restaurante/cafetería, en el cual como si fuera un oasis, nos paramos a hacer unas cervecitas suecas, por aquello de recuperar fuerzas.
Siguiendo con el camino ya mas descansada (gracias a la cerveza) se me antojan varias cosas, pero como ya he dicho anteriormente mi pareja es un rancio y ve mi afán consumista casi como una enfermedad… pero aún así consigo hacerme con el felpudo de la república independiente de mi casa y con el cojin de GRAN HERMANO.
Una vez llegamos al almacén, casi sin creerlo el sofá estaba allí, delante de nuestras narices, fue como una visión!!. Cogemos una caja, en la que tienes serias dudas de que ahí pueda estar tu sofá, ya que es bastante más pequeña de lo que nos imaginábamos, y nos disponemos a pagar; con la visa claro que parece que no pagas.
Pensamos que ya acababa nuestra aventura, cuando una vez en el parking mirando el coche de cerca nos damos cuenta de que lo tenemos un poco complicado para meter la caja en el maletero. Pero a mi, a cabezonica no me gana nadie, asi que bajamos los asientos traseros, acercamos los delanteros y en tan solo una HORA logramos meter la caja por completo sin necesidad de dejar el maletero abierto. Nos montamos en nuestro correspondientes asientos evidentemente con las rodillas en la boca y mi pareja que conducia, con el volante pegado al pecho.
Empieza nuestro viaje a casa, con la cara de dignidad que nunca puede faltar cuando vas con el coche a reventar y con la boca en las rodillas.
Llegamos a casa y tal y como nos habíamos temido por el camino: la caja no entra en el ascensor!! despues de intentarlo de lado, inclinado… decidimos subirlo por la escalera, pero claro vivo en un 6º y mi fuerza deja mucho que desear, asi que solo nos quedaba desenvolverlo en el portal y subirlo a pedazos.
Finalmente conseguimos llegar a casa con el sofa a pedazos y un poco manchado, ahora solo que daba montarlo, asi que despues de tomar una cervezita intentando descifrar las instrucciones, lo conseguimos montar en menos de lo esperado, Y YA TENGO SOFA!!!!
Esta sera una aventura para contar a los nietos, y a «Dios pongo por testigo» que si vuelvo a IKEA en busca de un mueble grande lo hare con furgoneta y ayuda.